Los molinos de bolas secos se utilizan principalmente para moler y pulverizar materiales que no requieren la adición de agua ni otros líquidos. Se emplean comúnmente en el procesamiento de minerales, menas y productos químicos sensibles a la humedad o que requieren molienda en seco para aplicaciones específicas.
Las ventajas de los molinos de bolas secos incluyen:
Menores costos operativos al no requerir agua ni otros líquidos.
Ideal para materiales sensibles a la humedad que pueden reaccionar negativamente con los líquidos.
Manipulación más sencilla del producto final, ya que está seco y listo para usar.

Las aplicaciones donde se utilizan comúnmente los molinos de bolas secos incluyen:
Procesamiento de minerales, especialmente para menas que requieren molienda en seco.
Procesamiento químico, donde la humedad puede afectar la calidad del producto final.
Industria farmacéutica, para moler y mezclar ingredientes secos.
Por otro lado, los molinos de bolas húmedos se utilizan cuando es necesario añadir agua u otros líquidos para facilitar el proceso de molienda. La molienda húmeda suele preferirse para materiales pegajosos, difíciles de moler en seco o que requieren la adición de productos químicos o aditivos.
Las ventajas de los molinos de bolas húmedos incluyen:
Mayor eficiencia de molienda, ya que el líquido ayuda a lubricar y refrigerar el molino.
Reducción de las emisiones de polvo, ya que el material se procesa en un medio líquido.
Separación más sencilla de residuos, como lodos, del producto final.
Las aplicaciones donde se utilizan comúnmente los molinos de bolas húmedos incluyen:
Industrias cerámicas y de pinturas, donde la adición de agua o disolventes es esencial. Minería y procesamiento de minerales, especialmente para materiales pegajosos o difíciles de moler en seco.
Reciclaje de residuos: el molino se utiliza para moler y separar los residuos en un medio líquido.
La elección entre un molino de bolas seco y uno húmedo depende de los requisitos específicos del material a procesar y del resultado deseado. Los molinos de bolas secos son adecuados para materiales sensibles a la humedad y aplicaciones donde se prefiere la molienda en seco, mientras que los molinos de bolas húmedos se utilizan a menudo para materiales que requieren la adición de líquidos para mejorar la eficiencia de la molienda.